miércoles, 11 de junio de 2008

El abrazo

Los labios de ella se pliegan y, de repente, el mundo tiene sentido tan sólo por su sonrisa. Agarra las manos de él y se las besa. El hombre hace lo mismo con las de ella. Se miran a los ojos sin decir palabra alguna. Tan sólo procuran suspirar al mismo tiempo para que sus alientos se entrelacen. Y, entonces, respiran fuerte para que el aire que estuvo dentro de los pulmones de ella esté ahora en lo más profundo de él, y viceversa. Embriagados por este brindis etéreo, sonríen y entrecierran los párpados, sin nunca dejar de mirarse a los ojos.
En un instante inesperado, ella baja la mirada. Sus dedos recorren a la mesa en pequeños círculos. Él la mira, confundido, y de repente los escasos centímetros que los separaban se han vuelto océanos enteros.
El hombre busca las manos de ella pero ella las desliza por la mesa, escondiéndolas. Permanecen los dos en silencio, como bailarines de un ballet, suspendidos en la oscuridad mientras esperan a que la música continúe para seguir bailando. La orquesta toca dentro del pecho de la mujer y hasta ninguno de los dos, por el momento, trepan las notas.
Ella se echa hacia atrás en la silla. Lenta y pesada cae la guillotina sobre sus respiraciones entrelazadas. Aleteando como un pez fuera del agua saltan los dos extremos de este abrazo etéreo. Pronto terminan por desangrarse y vuelven a ser apenas aire.
Él, confundido pero prudente, desliza sus manos por la mesa, hacia ella. Las deja ahí, expuestas, en ofrecimiento. Ella frunce los labios y demora su mirada afuera, en la estación de servicio. Las manos del hombre continúan en esa ridícula pose, incómodas ya, como un acorde de quinta mayor con séptima que rehúsa a resolverse en tónica.
La mujer arrastra, con dificultad, a su mirada hasta los ojos de él. El hombre levanta sus cejas, invitándola a que hable. Ella suspira. –¿Y cómo vamos a hacer?- dice la mujer.
Él sonríe. Le toma las manos y se las besa. Se encoge de hombros y suspira. Sus alientos se reencuentran en un abrazo invisible, incomprendido y único, como el lazo que une a cualquier pareja.

12 comentarios:

Tatán dijo...

Groso pibe, una toorrrmenta descriptiva...
No se ni me importa como y que es lo que tienen que hacer. Pero lo tuyo es majestuoso Donato!
Soy el primero... que groso :)

Silvina dijo...

Ay... la pareja más tierna hasta ahora descripta.
Me enamoré de ellos!!!
Como suspiré también...

Aaahhh...


Beso!

Abeja dijo...

ella es una caprichosa.

Anónimo dijo...

Usted es tan... tan... tan.... AYY!!!! (SUSPIRO)
Un abrazo desde la Rpública Oriental
Lalo Banegra

Benjuí dijo...

Un crescendo formidable y, luego...

Siempre es así.

Encontrarán la fórmula.

Anónimo dijo...

me encanto
mucha sutileza

Lady Camila Carrara dijo...

W, reflejadisima.

me conoces de algun lado...?

Berenizz dijo...

"y cómo vamos a hacer?" pregunta que quedó picando para la interpretación libre.

hermoso post.

besos!

MaRiPoSa dijo...

Si es lo que entedi...

EL AMOR SIEMPRE TIENE SUS MAÑAS

Es asi y siempre va a ser asi!

Saludos Donato!!

Borja Echeverría Echeverría dijo...

Esta muy bien como describes este momento en pareja, ya quisieran muchos escribir como tú, me pasaré por aquí a leer más historias nocturnas.

Saludos

Flan dijo...

Dicen que los suspiros son besos que no llegan a destino...
(o quiza.. los besos sean suspiros que no llegan a destino... quien sabe)
que lindos los abrazos etereos..estereos.. no estereotipados...
que lindos abrazos tipeados =)
que vivan los chusmas!
Flan

Diego dijo...

aplaudo tu metafora musical

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